viernes, 22 de diciembre de 2006

Pequeña canción

Sal de ese hotel,
yo estuve,
conozco sus alfombras desvaídas,
sus paredes manchadas
y esos ruidos
tristes y recurrentes en la noche
como un verso
que la memoria insiste en rescatar.

8 comentarios:

NáN dijo...

Tendrás que acabar leyendo en público con nosotros. Salvadas como sea las distancias.
No va a haber otro remedio, si salimos de esta (y de las siguientes), dada la fuerza que vas mostrando que crece vertiginosamente.

Piensa en el gesto físico de ternura que más fácil y naturalmente podrías aceptar de mí, y dalo por hecho esta noche. Ya está, es tuyo.

westerlia dijo...

Yo no quiero leer en público, yo lo que quiero es seguir usando este rinconcito porque como dijo winstaniana "Supongo que todos somos como Sergio Prim, el protagonista de la primera novela de Gopegui, y que todos y cada uno de nosotros, por una u otra razón, hemos buscado o buscamos ese hueco exento de preocupaciones donde perdernos y olvidarnos de aquello que nos duele o nos incapacita.
En estos momentos, ahora, mi hueco, mi punto de quietud, es este espacio."

Me pido un abrazo de amigo y te doy un abrazo de amiga.

Y ya que estamos a 22, ¡Bones Festes i Bon Any!

NáN dijo...

sea!

NáN dijo...

Lo de abrazos de amigo, curioso, porque solo se abraza a los amigos. El abrazo de amantes es una fase de otra acción. No es abrazo solo. Forma parte de una cadena (¿un ballet?).

Pero digo curioso porque últimamente he cambiado mis saludos. Eso de que a ellos se les da la mano y a ellas se les da dos besos. ¿Por qué? Sobre todo, ¿por qué las diferencias? Todo el mundo supone que tiene que gustarme la oportunidad de besar a unas chicas. ¡Qué estupidez!

Así que en cuanto la situación me permite un poco de control, hay algunas ellas y algunos ellos a quienes abrazo cuando nos vemos. Al resto, les doy la mano, extendiéndola rápido antes de que se me acerquen. O levanto la mano a modo de saludo. O una leve inclinación de cabeza.

Así, los abrazos a los amigos y las amigas cobran su verdadero valor, que es de lo que se trata.

Por cierto, el joven poeta del verso de la geografía nos ha tratado de usted a L y a mí (y nosotros a él) durante más de año y medio. Hasta que pasó algo y empezamos a tutearnos y a estrecharnos en un abrazo cuando nos encontramos y nos despedimos. De eso se trata también.

westerlia dijo...

Tú escribiste: "Piensa en el gesto físico de ternura que más fácil y naturalmente podrías aceptar de mí, y dalo por hecho esta noche. Ya está, es tuyo."

Cuando te leí pensé en un abrazo de amigo, un abrazo largo y sentido.

Esto de los afectos es difícil de explicar y yo, que soy una mujer de natural contenido, ya en winstaniana utilizaba "un abrazo" para responder a tus comentarios.

En fin, no sé qué hago explicándome, puse lo que sentí. Otra cosa más, para mí el abrazo es también sinónimo de refugio, los brazos que rodean y acogen, las palabras que envuelven y acogen. No sé. Pues eso, un abrazo de amiga.

NáN dijo...

Es que explicarnos es tan bueno, Westerlia. Definir nuestras definiciones de las palabras. (Para los demás y así para nosotros). Y nuestros sentimientos, conceptos... nuestra arboladura para navegar el mundo.
Y sigo diciendo que es curioso que elijas ese gesto (una sonrisa, que es menos, me habría bastado ya) que tanto valoro y que últimamente estoy reordenando y privilegiando con él sentimientos.
Y es reciente, porqur si tú eres contenida, yo soy seco (por lo que aceptaba el lenguaje convencional de los saludos) y no hace ni dos meses que empecé, en mi barrio-pueblo, a abrazo, o a dar nada o muy poco.

Pero con decir esto, que es estupendo decirlo, no quiero que con aquel "sea!" con el que aceptaba que tú te quedas aquí, en tu Rincón de Prim, porque es lo que quieres, deje de decir lo que se parece tu forma de escribir a la mía, lo parecido que formalmente es "Sal de ese hotel, // yo estuve" a "Y luego fue el día // y no fue nada".

También quería decirte que "esos ruidos tristes y recurrentes en la noche como un verso que la memoria insiste en rescatar" me parece muy bueno, sensible y curativo (para los que lo leemos, al menos).

Finalmente, con lo del abrazo, esta noche que por fin he dormido y me he recuperado (¡hasta tengo el dedo curado ya, él solito, sin antibióticos ni perder uña ni nada!) (gracias, magas) estuve pensando en otro abrazo importante, tenía que ver con la compasión y el nada humano me es ajeno, pero no anoté y el recuerdo se me hace impreciso.

Con respecto a lo de hueco, Lara, que no debe andar por aquí ahora, sino de mudanzas y viajes, inició una entrada muy buena sobre la definición de "huelgo". Habrá que retomarla, más adelante, porque en la diferencia entre "hueco", protector, y "huelgo", espacio que creamos con la destrucción de lo sólido por mal uso, nos la jugamos.

Buenos días!

westerlia dijo...

No sé qué hace de determinadas combinatorias de palabras algo sensible, pero desde winstaniana hasta hoy, en casi todo lo que escribes y dejas aquí, los conceptos, los estados de ánimo viajan por tus palabras, violentamente viajan por tus palabras y conmueven.

NáN dijo...

¿Te acuerdas cuando ese mediado de agosto decías "Por eso recurro a Godard, Pizarnik, Wittgenstein, Protágoras o Landero y sigo buscando a otros que me den luz sobre las palabras y su poder".

Vete a saber por qué, en ese momento se produjo algo que creó una unión. Un deseo irrenunciable de acompañarte suavemente, sin hacer ruido (como la lluvia cuando despierta) en esa búsqueda. Tuve miedo, dudas... e incontables satisfacciones por el poder que iba viendo crecer en ti, por lo que escribías y por la mejora de tu escritura. También ha mejorado la mía: solo, contigo y ayudado por quienes ya conoces. Y la de quienes ya conoces. ¡Es impresionante!

Mucho riesgo del lenguaje y de las posibilidades de comprensión. Pero esfuerzo y mucho amor detrás, insuflándoles poder a estas palabras golemes: por eso nos gusta cada vaz más lo que van escribiendo los otros. Porque son palabras cargadas.

Por eso me conmovéis, nos conmovemos todos, más veces de lo que sería explicable.

(tengo que conseguir escribir más corto, desde luego).

Abrazo, a ti sí, que eres del grupo de abrazables.