Vamos en bicicleta hasta la playa. Luego volamos cometas. Luego, sentadas en la arena, miramos el mar y me cuentas que bajo las olas, allí, donde señala tu dedo, no muy lejos de la costa hay un disco magnético que succionaba los clavos de antiguos navíos y que esa zona está llena de barcos hundidos.
Te miro y me pregunto si tus ojos azules son como ese disco y cuántos cuerpos han naufragado en ti.
Te miro y me pregunto si tus ojos azules son como ese disco y cuántos cuerpos han naufragado en ti.
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