martes, 2 de enero de 2007

Del pasado

Miro el río y el puente.
El niño/niña con su caña inexistente rescatando cadáveres.
Debajo de la espuma, nada.
La nada.
El estremecimiento de la piedra.
Nada.

2 comentarios:

NáN dijo...

Tres entradas como tres trallazos en los que te tratas cruelmente a ti misma. He ido respondiendo de la más nueva a esta, así que ya hay cosas dichas.

Escribiendo como escribes, tienes que salir de la trampa lingüística de los dos géneros. Eres libre para aceptar la tradición o para poner siempre niña. (A mí no me importa que incluyéndome se pregunte ¿Vamos todas?, sobre todo si hay más chicas que chicos; o si quien pregunta es chica).

Los días libres te han devuelto a la ira. No importa: iremos, los amigos, ayudando a recomponer con tu permiso las palabras y los sentimientos.

Entre tanto, si hace falta, un yo mental se sienta sobre un zafu mental cerca de ese río y ese puente por si ese niño, o niña, necesita algo. Y de vez en cuando toca la piedra estremecida, para calmarla.

De la nada, nada sé.

Cuídate.

Un abrazo de tu amigo.

westerlia dijo...

Nella vita ci sono giorni pieni di vento e pieni di rabbia, ci sono giorni pieni di pioggia e pieni di dolore, ci sono giorni pieni di lacrime; ma poi ci sono giorni pieni d'amore che ci danno il coraggio di andare avanti per tutti gli altri giorni.
Romano Battaglia