jueves, 8 de febrero de 2007

Descansa

Posiblemente eras demasiado sensible, demasiado contenida, demasiado condescendiente con los demás, demasiado frágil. Y el mundo está hecho para los que quiebran el silencio con estruendosas carcajadas, para los que empujan en los vagones de metro, para los que cogen las cosas a puñados, para los que pisan al contrario cuando están cerca de la meta.
Echaré de menos tu sonrisa. La luminosidad que había en tu cara. Yo, que sólo supe de ti por la televisión y las revistas de papel couché, te lloro.

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